A 45 años del golpe de Estado, la derecha chilena aún tiene espuma en la boca – o “Pinochet did nothing wrong”?

Cada 11 de septiembre se conmemora en Chile uno de los episodios más infames de su historia, cuando los militares apuntaron sus armas contra el pueblo, derrocando el gobierno democráticamente electo de la Unidad Popular, bombardeando la casa de gobierno y asesinando al presidente socialista Salvador Allende. Se implantó una dictadura cívico militar que duró 17 años, privatizó empresas estatales y derechos sociales, y atropelló gravemente los Derechos Humanos en el país, afectando a alrededor de 35,000 personas (en su gran mayoría trabajadores y campesinos) con torturas, ejecuciones y desapariciones.

La coalición que gobernó después del tirano por más de 25 años, hoy se encuentra desarticulada. La Concertación (compuesta fundamentalmente por la Democracia Cristiana y el PS) presentó una política basada en la continuación del modelo capitalista impuesto en dictadura y de justicia “en la medida de lo posible” (eufemismo de impunidad). La victoria de la derecha en segunda vuelta en diciembre 2017, terminó de romper las viejas alianzas del centro-izquierda para dar paso a una debacle de las fuerzas políticas tradicionales junto con la irrupción electoral del Frente Amplio (FA) que obtuvo un 20% en primera vuelta (más de un millón de votos) y que abriga un “amplio” espectro de organizaciones y movimientos sociales, frente a un cercano 23% del candidato Alejandro Guillier de la ex-Concertación.

El negacionismo de la derecha

En este primer año de gobierno, el empresario presidente Sebastián Piñera confiaba que el resultado electoral lo validaba para avanzar un programa de contrarreformas sin tapujos, a la vez que intenta hegemonizar el relato de la transición democrática. Pero esto último se complica por el protagonismo de viejos personajes de la derecha chilena, que más bien reafirma un núcleo duro y reaccionario que defiende desvergonzadamente la dictadura. El primo de Piñera, Andrés Chadwick, asume como ministro del Interior y Seguridad Pública, apernando a varios familiares en cargos importantes. Chadwick en los años 80 fue una figura muy cercana a Pinochet y fue un líder juvenil dentro de la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido que es el brazo civil de la dictadura y continuador de la derecha golpista en la transición.

El presidente Piñera otorgó indultos a un grupo de reos por crímenes de violación a los derechos humanos durante el golpe y la dictadura, aludiendo “razones humanitarias de salud”. Uno de estos reos está condenado por la ejecución de una mujer de 26 años embarazada de 6 meses, junto a su esposo, en 1973. Este fallo es una aberración, como comenta la destacada abogada y diputada comunista Carmen Hertz[1], “ninguno de estos sujetos criminales entregó jamás antecedentes relevantes alguno con respecto a la organización a la que pertenecieron, por lo tanto no pueden tener libertad condicional”. Preocupante es también el fallo que acoge el recurso de apelación de dos ex-oficiales de la armada, involucrados en el secuestro y tortura de los marinos constitucionalistas que intentaron detener el golpe de Estado contra el gobierno de la Unidad Popular[2].

Un mes antes del 11 de septiembre, Piñera anunció cambios en su gabinete. El nuevo ministro de Cultura Mauricio Rojas, dió lugar a una polémica producto de unas declaraciones suyas de hace 3 años sobre el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, donde decía: “El Museo (de la Memoria) es un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar, es una manipulación de la historia. Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente”[3]. Esta actitud negacionista es un escándalo, más aún viniendo de una autoridad de la “cultura”. El poeta Raúl Zurita estuvo a la cabeza de las denuncias, las manifestaciones del mundo de la cultura no se hicieron esperar y el ministro duró poco más de un fin de semana en su cargo. Se convocó un acto en la explanada del Museo de la Memoria, donde se presentaron artistas importantes frente a una audiencia multitudinaria[4]. Desde entonces la afluencia de público al museo se ha duplicado, alcanzando casi 800 visitantes por día.

Mujeres embarazadas detenidas desaparecidas

Mujeres embarazadas detenidas desaparecidas

Para ir completando el cuadro de esta derecha negacionista tenemos las declaraciones de algunos representantes de la derecha este mismo 11 de septiembre[5]. La diputada Camila Flores (RN) twitteó: “Hoy es un día para agradecer a todos aquellos hombres y mujeres que juraron rendir la vida si fuese necesario en defensa de la patria. Gracias Fuerzas Armadas y de Orden por legarnos un Chile independiente, ordenado, próspero y principalmente ¡LIBRE!”. Por otra parte, el diputado UDI Iván Moreira declaraba: “La verdadera historia del 11 de Septiembre de 1973 no la borrará la izquierda. Las FFAA salvaron a Chile y a toda una generación completa”. El ex-candidato de ultraderecha José Antonio Kast opinó: “el 11 de Septiembre de 1973, Chile escogió la libertad y el país que tenemos hoy. Y es gracias a los hombres y mujeres que se alzaron para impedir la revolución marxista en nuestra tierra”[6]. Kast en las elecciones pasadas obtuvo un 8% en primera vuelta y luego entregó su apoyo a la candidatura de Piñera en segunda vuelta. Kast guarda vínculos con grupos de ultraderecha que vindican las violaciones de los derechos humanos, como fueron los “vuelos de la muerte” operados en helicópteros para arrojar prisioneros al mar. Utilizan vestimenta alusiva a estos métodos, en la misma línea que grupos de derecha en Estados Unidos durante una manifestación en agosto pasado usaban poleras donde también se leía “Pinochet did nothing wrong!”- Pinochet no hizo nada malo[7].

Hechos indignantes de esta naturaleza se cuentan por montones e individualmente serían meras anécdotas, el problema es que ahora hay un gobierno de derecha que avala o al menos no condena este tipo de indecencias. Esto envalentona a grupos de ultraderecha a realizar acciones más audaces. Como el Movimiento Social Patriota (MSP) que se adjudicó los incidentes en contra de la marcha por el aborto en pasado julio, donde además 3 mujeres fueron apuñaladas[8]. Además este grupo fascista intervino con lienzos el sitio de memoria Villa Grimaldi, el primero en su tipo recuperado en Latinoamérica, que fue un centro de secuestro, tortura y exterminio.

La derecha siempre ha buscado blanquear y falsear la historia de la dictadura, aludiendo al supuesto progreso económico que Pinochet habría dado al país por sobre el resto de Latinoamérica y relativizando las violaciones de derechos humanos. Al contrario de esta farsa, la realidad es que el proceso de privatizaciones y desregulación implantado en dictadura, condujo a la recesión económica más grave que Chile ha vivido desde la crisis del ‘29. En 1982 la producción nacional cayó un 15%, el desempleo alcanzó el 25% (en algunas zonas marginadas llegaba hasta el 40%) y los salarios reales cayeron un 35% con respecto a 1970. Para el final de la dictadura la pobreza era de un 40%.

“Transición democrática” o postdictadura?

Este 5 de octubre se cumplen 30 años desde el referéndum que condujo al fin de la dictadura y un sector de la derecha así como el mismo presidente Piñera buscan blanquear sus credenciales y posar de simpatizantes del NO. La derecha entiende que es importante hacer un balance ya no sólo del golpe y la dictadura, sino que también del llamado proceso de “transición democrática”, similar a la nefasta “transición modélica” española que dio lugar al régimen del ‘78 y mantuvo la monarquía que Franco había restaurado. Piñera quiere ser el artífice de la “segunda transición”[9], continuar la labor del demócrata-cristiano Aylwin,y para eso tiene que echarse al bolsillo los años que siguieron a la dictadura. Al final, la democracia pactada que aseguró la impunidad a los criminales y el saqueo de los recursos naturales -defendida por la Concertación durante 25 años- es un poncho que también le queda bueno a Piñera.

El mensaje que envía la derecha puede parecer discordante. Por un lado vindican el golpe de Estado y la dictadura de Pinochet con actitudes filo-negacionistas, y por el otro se lavan la cara para posar de fieles representantes de la democracia postdictadura. Piñera incluso asegura que en el plebiscito del ‘88 votó por el NO. Pero en este mensaje aparentemente discordante, se entiende una lección bien clara. Mientras los intereses de la clase dominante estén a buen recaudo ellos defenderán las instituciones democráticas, como lo es el presente modelo heredado de la dictadura y la constitución del ‘80. Pero si sus intereses se ven amenazados, como lo fue durante el formidable proceso de radicalización de masas que llevó a la elección de Salvador Allende, bajo un programa de nacionalización de los recursos estratégicos y mejoramiento de la calidad de vida, que dio lugar al desarrollo embrionario de órganos de poder obrero como los Cordones Industriales; entonces la clase dominante no dudará en desatar la más salvaje represión para desbaratar las organizaciones obreras y populares, e implantar una constitución antidemocrática que defienda la propiedad privada.

La ex-Concertación en el suelo poco puede hacer así para hegemonizar sobre el relato democrático con la misma cantinela que mantuvo en sus gobiernos. En materia de Derechos Humanos en sus gobiernos hemos visto la violencia de Estado ejercida contra mapuches, trabajadores y estudiantes. La Democracia Cristiana no quiere incluir al Partido Comunista en la conmemoración del plebiscito, y descarta hacer un acto unitario con otros partidos como el PS o el PPD. En todo caso, los que ponían el cuerpo en las protestas eran miles de jóvenes, mujeres y pobladores, no quienes se acomodaron después en el poder con una democracia pactada.

Cuando la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) convocó para el 11 de mayo de 1983 al primer paro en 10 años, se inició un proceso de radicalización política y movilización masiva contra el régimen dictatorial. Como señalaba el periodista Fernando Paulsen: “Desde el 11 de mayo de 1983, cuando Rodolfo Seguel (dirigente) llama a la primera protesta pasando por todas las protestas hasta el 89, la protesta que menos muertos tiene son seis, incluyendo una matanza de 20 o 22 personas cuando es nominado como ministro del Interior Sergio Onofre Jarpa y saca los militares a la calle. Ahí hubo 22 o 23 muertos. ¡Muertos! En una protesta callejera. ¡Y nunca la gente dejó de salir a los llamados, nunca! Y que ahora vengan unos pinganillas a apoderarse y decir: mira, yo era la cabeza detrás de toda esta situación y, por lo tanto, tenemos que hacerlo con los amigos míos…”[10] La transición democrática fue un acuerdo por arriba para evitar el desborde por abajo, desborde que tomaba matices insurreccionales. Ese fue el rol jugado por la Concertación de Partidos por la Democracia. Un balance estratégico correcto de las últimas décadas difícilmente podrá venir de los partidos de la ex-Concertación-Nueva Mayoría.

El Frente Amplio y los DD.HH.

Este 11 de septiembre los dirigentes del Frente Amplio se dirigieron al Penal de Punta Peuco (una cárcel 5 estrellas especial para los criminales de lesa humanidad), donde exigieron el cierre del mismo. Esto en sintonía con las 5 medidas urgentes definidas por el Frente Amplio para afrontar el problema de la impunidad y los DD.HH. en Chile[11]. Estas medidas incluyen el cierre de la cárcel de Punta Peuco, impedir beneficios para los criminales de lesa humanidad, proteger la memoria histórica y promover una Ley contra el negacionismo, fin a las trabas en el acceso a la información (como el secreto de 50 años a los antecedentes de la Comisión Valech) y la creación de un organismo que centralice los archivos, y finalmente derogar la Ley de Amnistía. Estas medidas apuntan en la dirección correcta, al recoger demandas históricas de las agrupaciones de víctimas y sus familiares. En todo caso, vemos que en un país como Chile, leyes, comisiones, museos o instituciones no son suficientes para asentar la verdad sobre el gobierno de Allende, el golpe y la dictadura, y mucho menos para obtener justicia.

Mientras enfrentamos a la derecha dinosauria que a 45 años del golpe todavía bota espuma por la boca y avanza una ofensiva negacionista por un lado, y el relato falseador de la dictadura y la transición por otro, algunos dirigentes del FA se han enfrascado en una disputa interna, entre otras cuestiones, justamente sobre las violaciones a los DD.HH. en Chile y otros países como Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Las burguesías criollas históricamente se han comportado de manera similar cuando se trata de defender la propiedad privada y sus intereses como lacayos del imperialismo. En Venezuela han solicitado una invasión militar de EE.UU, han realizado actos terroristas de suma gravedad, y el 2002 apoyaron un golpe que suspendió los derechos civiles y las instituciones democráticas. Se hubiera desatado una matanza sangrienta de no ser por la rápida reacción del pueblo venezolano que salió a las calles a defender al gobierno. Debe defenderse el legítimo derecho que tienen los pueblos a defender sus conquistas y a luchar contra la opresión centenaria que aflige a nuestro continente. En Cuba luego de la abolición de la propiedad capitalista, ha sido garantizado el derecho a la salud, a la educación y a la vivienda, mientras en Chile se reciben pensiones de hambre y la gente de Quintero-Puchuncaví son condenados a vivir en un ambiente tóxico. Vemos que la falta de claridad estratégica en este debate beneficia al status quo y termina confundiendo a los observadores en una discusión abstracta sobre derechos humanos universales, fuera de la realidad de las situaciones históricas concretas de enfrentamiento entre clases antagónicas.

En Chile, los hechos son que la clase dominante y sus partidos tradicionales en el poder son quienes han ejercido una violencia brutal a través del brazo armado del Estado y fuerzas paramilitares. Las organizaciones y movimientos sociales que en el presente buscan honestamente crearse una orgánica y una dirección adecuada para sus objetivos, no deben explicación alguna a los defensores de los criminales de la dictadura. Para quienes no recuerden la imagen, Allende murió trágicamente en La Moneda defendiendo una Constitución que la derecha y los militares no respetaban. La verdad es que da la impresión que algunos dirigentes del Frente Amplio utilizan la cuestión de los DD.HH. como arma arrojadiza para velar las verdaderas divisiones que existen en el “amplio” espectro ideológico del conglomerado.

La diputada del Frente Amplio Pamela Jiles (Partido Humanista) hizo una solitaria denuncia en la Cámara cuando el diputado Urrutia (UDI) declaró que algunas víctimas de la dictadura serían “terroristas con aguinaldo”, a lo que la diputada reaccionó enérgicamente y fue a encararlo. Producto de esto ha sido sancionada por la Comisión de Ética, con los votos de dos “compañeros” de bancada del Frente Amplio, los señores Renato Garín (Revolución Democrática) y Vlado Mirosevic (Partido Liberal).

Principalmente desde el Movimiento Autonomista (MA)[12], así como de otras organizaciones, como Izquierda Libertaria (IL), Socialismo y Libertad (SOL) y Nueva Democracia (ND), han habido iniciativas para formar un polo de izquierda dentro del Frente Amplio[13]. Este proceso de convergencia no ha estado exento de polémicas. Revolución Democrática (RD) y el Partido Liberal (PL) se han adelantado por derecha a este inevitable distanciamiento. Un diputado RD denosta a las organizaciones de izquierda: “Son gente que no reconoce la institucionalidad del Estado y que apuestan por una izquierda que no congrega mayorías”[14]. El diverso espectro ideológico del FA obliga a llegar a acuerdos en base a un mínimo común múltiplo de reformas democráticas y modernización. Aunque el FA es más pequeño, esto es propio de los Frentes Populares del pasado, que en última instancia subordinan a las organizaciones de trabajadores a las directrices de la burguesía. Los movimientos de trabajadores, estudiantes y mujeres necesitan una dirección revolucionaria decidida y lúcida, no parlamentarios “responsables” que anden a la siga de las comisiones del gobierno y ofreciendo garantías democráticas a los defensores de los criminales de la dictadura. La irrupción electoral del Frente Amplio representa una aspiración de acabar con el sistema heredado después de la dictadura, no para repetir los vicios de la Concertación, las “cocinas” parlamentarias, la lógica de los acuerdos, y disputas egocéntricas.

La batalla por la memoria

Es urgente realizar un balance político y estratégico de la “transición democrática”, de cara a la juventud y los trabajadores. No es posible entender el presente sin comprender la historia de la lucha de clases del siglo pasado en nuestro continente, donde se demostró el carácter antidemocrático de las burguesías criollas, como en el proceso revolucionario chileno de los 60s y principio de los 70s[15].

Ha sido la derrota histórica de la clase obrera chilena en 1973, abandonada por su dirección casi sin librar combate, la que ha pesado durante décadas sobre la conciencia del pueblo y permitido que las viejas oligarquías se mantengan en el poder. Las organizaciones obreras fueron diezmadas de tal manera, así como el mundo del arte y la cultura, que estas condiciones subjetivas se vuelven un factor de gran importancia para quienes buscan recomponer una fuerza revolucionaria y anticapitalista que dispute el poder.

Marcha por educación no sexista / Foto: Rodrigo León rodripipe

Marcha por educación no sexista / Foto: Rodrigo León rodripipe

Hoy en día, los pilares ideológicos y económicos del modelo están haciendo aguas. La Iglesia está desmoronada luego de numerosos escándalos de abuso sexual de menores que salieron a la luz. Las policías y el ejército han protagonizado casos multimillonarios de fraude y corrupción. El modelo educativo y el sistema privatizado de pensiones ha provocado movilizaciones históricas. El movimiento feminista estudiantil de mayo pasado ha mostrado la profunda desafección hacia los valores tradicionales y cientos de miles de jóvenes se movilizaron contra el abuso y la violencia sexual. Esta experiencia acumulada en los ciclos de movilizaciones y los avances en materia programática que apuntan al sistema capitalista, han valido mucho más que cualquier reforma. Ante todo esto la derecha ha maniobrado y cree que puede tener todo bajo control. Pero bajo la superficie todo su legado está amenazado de muerte, y lo saben.

Los presentes debates ideológicos en los movimientos y organizaciones de izquierda son un paso necesario para desmarcarse de aquellos elementos ajenos a los intereses históricos de la clase trabajadora, hacia la construcción de una dirección revolucionaria que recupere las tradiciones combativas del proletariado chileno. La disputa por la memoria es más que un tema provocativo de tesis, es una batalla viva por el balance de las últimas décadas y la perspectiva revolucionaria abierta para esta generación. Esta debe ser la generación que termine la tarea revolucionaria por la que miles de hombres y mujeres han dado sus vidas.

Segundo gobierno de la derecha en Chile ¿Cómo enfrentar las contrarreformas?

El empresario Sebastián Piñera fue electo para la presidencia de Chile por segunda vez en diciembre pasado. La derecha obtuvo una mayoría histórica de 55%, casi diez puntos sobre la saliente coalición de gobierno “Nueva Mayoría” (ex-Concertación + Partido Comunista) que quedó derrotada y tensionada. Piñera asumió el mando el pasado 11 de marzo cuando la ex-presidenta Michelle Bachelet le entregó por segunda vez la banda presidencial. El multimillonario presidente llega con una agenda centrada en 5 puntos, Infancia, Salud, Araucanía, Seguridad Ciudadana y Desarrollo.

Piñera enfrentará un escenario complejo en materia económica y política. A diez años de la crisis financiera del 2008, el mundo vive la recuperación económica más débil de la historia, y se pronostican nuevas tormentas (ver reciente caída récord del Dow Jones). El tono proteccionista de la administración Trump a su vez ha arrojado inseguridad en los mercados, y la desaceleración china hace años que viene afectando a las economías exportadoras de materias primas de la región sudamericana. Luego de una tímida recuperación del precio del cobre (que se mantendría por sobre los US$3,00 la libra en el corto plazo), el Banco Central y el gobierno entrante se muestran optimistas sobre una reactivación de la economía chilena en este 2018.

En Argentina el presidente Macri – otro empresario con similar inclinación a hacer el payaso – ha aplicado durísimos ajustes sobre los hombros de los trabajadores argentinos y ha apoyado al régimen criminal de Temer en Brasil que acaba de militarizar Río de Janeiro. Ambos países tuvieron gobiernos “progresistas” que gozaron de popularidad mientras el precio de las materias primas se mantuvo elevado, pero tan pronto como esta tendencia cambió estos mismos gobiernos aplicaron ajustes. Esto permitió a la derecha levantar cabeza y puede dar la impresión de un “giro a derecha” en la región, pero ambos gobiernos encuentran una fuerte resistencia y movilización masiva de la clase trabajadora y la juventud que se opone a las contrarreformas. Con la derecha en el poder, la situación en Latinoamérica no es de pasiva aceptación sino de aguda lucha de clases.

En Chile la irrupción del Frente Amplio como una tercera fuerza política en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y parlamentarias expresa la búsqueda de amplios sectores de la sociedad de cambios estructurales, poniendo en crisis a los partidos tradicionales que dominaban el duopolio de la política en Chile desde el fin de la dictadura. Forzado a manifestarse sobre el apoyo al candidato de la Nueva Mayoría en segunda vuelta, el Frente Amplio mostró ambigüedad y demora al definirse por acabar con el sistema privatizado de pensiones, la educación gratuita, Punta Peuco y otras cuestiones. Por otro lado, resultaba problemático apoyar a la ex-Concertación, pues por más de 20 años se mantuvo el robo desmesurado de los recursos naturales y privatización de los derechos sociales conquistados en el pasado.

En tanto que la Democracia Cristiana presionaba a la NM por la derecha y se esperaba la resolución de más de una decena de diversas organizaciones que componen el Frente Amplio, la derecha sorprendió con una capacidad operativa en terreno y comunicacional tras el objetivo electoral de segunda vuelta. Los numerosos escándalos de corrupción que han alcanzado a parlamentarios de diferentes bancadas, han remecido la escena política nacional y la desconfianza en las instituciones se profundiza. Particularmente afectado resultó el gobierno pasado, por el “Caso Caval” que implicó al hijo de la entonces presidenta Michelle Bachelet.

El Gabinete de combate de Piñera

La derecha se opuso activamente a las reformas moderadas que impulsó Michelle Bachelet, notoriamente la ley de aborto en tres causales. Piñera el mes pasado ya anunció un gabinete que se puede considerar de combate contra las reformas. Sólo por nombrar algunos, en la cartera de Educación, ha colocado a un defensor de la educación como “bien económico”, en el Ministerio de la Mujer a una opositora al aborto, y en Desarrollo Social, a un delfín del empresariado. Todas éstas son áreas sentidas en el país, que en los últimos años ha vivido episodios históricos de movilizaciones de mujeres, estudiantes y trabajadores.

Las fuerzas armadas protagonizan casos gravísimos de corrupción por lo que se encuentran seriamente desprestigiadas. El reciente escándalo de espionaje y falsificación de pruebas contra dirigentes mapuche, conocido como “Operación Huracán”, ya ha provocado la salida de 3 generales y se encuentra aún en desarrollo. El Intendente designado por Piñera para la Región de la Araucanía es expresidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, organismo de los terratenientes y probablemente la organización gremial más reaccionaria de Chile. El territorio ancestral mapuche ha sido militarizado y es donde la derecha más rancia y pinochetista, ligada al sector forestal y agrícola, junto con la policía operan con total impunidad para reprimir al pueblo mapuche.

Con este tipo de designaciones, Piñera quiere aprovechar el viento a favor luego del resultado electoral para maniobrar con confianza y provocar a estos movimientos rápidamente, antes que la Nueva Mayoría salga de su grave impasse y antes que el Frente Amplio termine de asentarse como oposición o auxiliar de la NM que se desmorona. A través de estos conflictos, Sebastián Piñera puede soldar nuevas alianzas, pues estas son materias que coquetean tanto con la estirpe conservadora de la Democracia Cristiana, como con los sectores de ultraderecha y la llamada “familia militar”.

La reforma educacional de Bachelet

Las reformas en materia de gratuidad que se implementaron en 2016 ya han beneficiado a miles de estudiantes, representando el 25% de la matrícula de pregrado del 2017. Significativa es también la Ley de Inclusión Escolar y la Desmunicipalización que responden a las demandas de la Revolución Pingüina del 2006. Se debe organizar la oposición a las contrarreformas de este gobierno de derechas con un real programa o plan de lucha, que movilice a los grandes batallones de la clase obrera por la nacionalización de los recursos naturales (como el cobre, el litio y los recursos pesqueros) para financiar nuestras demandas.

El Frente Amplio contaba con 3 jóvenes parlamentarios, Jackson, Boric y Mirosevic y ahora aumenta a 20 diputados y 1 senador. Reconocidas figuras públicas, artistas, periodistas y ex-dirigentes estudiantiles forman hoy la bancada del Frente Amplio. El resultado de noviembre pasado, junto con el nuevo sistema electoral, les permitió traer aire fresco a la Cámara de Diputados. Luego de su logro electoral, existe el peligro de creer que con maniobras parlamentarias pueden conseguir los cambios estructurales que Chile necesita. En realidad, debe entenderse la trinchera parlamentaria como altavoz de los conflictos laborales y la movilización en las calles, que pueda agitar a nivel nacional contra las injusticias y mostrar los avances en organización de los sectores en lucha.

En la misma dirección puede apuntar la defensa de las reformas en la versión gradualista de Bachelet, que permitió ver avances moderados en materias como el aborto en tres causales y la educación gratuita para el 60% más vulnerable de los estudiantes. La reforma educacional fue aprobada luego de ser cocinada para gusto de los empresarios, al igual que la nueva reforma laboral que amenaza el derecho efectivo a huelga. Se mantienen puntos controversiales, por ejemplo con respecto al CAE (Crédito con Aval del Estado). Se sigue subsidiando al estudiante individual sin cambiar de fondo el carácter mercantil de la educación. Debe defenderse un programa que sea elaborado por los actores de la educación, los funcionarios, profesores y estudiantes, donde la educación sea entendida fundamentalmente como un derecho universal y no como un bien de consumo.

La organización en base a la democracia directa, los métodos combativos del movimiento estudiantil del 2011, basados en marchas masivas, lucha callejera y ocupaciones de establecimientos a escala nacional, sin duda marcan un precedente importantísimo para la lucha de clases en Chile. Al exponer el origen dictatorial del mercado educativo, se puso en cuestión el modelo capitalista de conjunto. También se deben reconocer las limitaciones que mostró este ciclo de movilizaciones. La juventud ha seguido sorprendiendo por su enérgica capacidad de movilización por sus demandas históricas, contra el sexismo y contra la derecha, pero es importante forjar la unidad con los trabajadores. Los estudiantes son un grupo social heterogéneo sin una real injerencia en la economía y la productividad nacional. Pueden agotarse durante meses en movilizaciones por hitos, paros y tomas, y el gobierno siempre podrá jugar la carta del desgaste y la división. Pero cuando se involucra a la clase obrera, que objetivamente tiene el poder de paralizar el normal funcionamiento de la sociedad, es radicalmente diferente. Algunas consignas de mineros del cobre y estudiantes ya han apuntado en esta dirección ¡por renacionalizar el cobre para financiar la educación gratuita! Sólo de esa manera venceremos.

Unidad de explotados

Hoy toda la clase dirigente se encuentra unida de manera hipócrita en torno a la defensa de la “soberanía chilena” frente a la demanda marítima de Bolivia en la Corte de la Haya. La verdad sea dicha: el mar no pertenece a los chilenos. El mar pertenece a 7 familias, por una Ley de Pesca que se votó siguiendo servilmente los intereses de los empresarios. La burguesía chilena nunca tuvo ningún interés en defender la soberanía nacional, al contrario, estuvo siempre dispuesta a vender los recursos naturales del país a las multinacionales y a ponerse al servicio del imperialismo.

Por su parte, Evo Morales ha tomado una bandera muy sentida en Bolivia para intentar culpar de todos los problemas de desarrollo en su país, a la mala voluntad de Chile para darles mar. En vez de romper con el capitalismo luego de la inmensa movilización popular que lo llevó al gobierno, Evo ha preferido seguir dando concesiones y devoluciones al empresariado. En Chile tampoco se quedan atrás y a pocos días de asumir este gobierno de derecha, se habla de la “ofensiva boliviana” y otra serie de manipulaciones mediáticas para movilizar el sentimiento nacionalista y distraer la atención de los auténticos enemigos del pueblo trabajador chileno. Mientras las riquezas sigan siendo acaparadas por unos pocos no hay ninguna posibilidad real de desarrollo para nuestros pueblos, tanto en Bolivia como en Chile. Sólo la lucha de la clase obrera chilena contra el puñado de familias que controlan los recursos naturales podrá solucionar la cuestión del mar para Bolivia. Los trabajadores y los oprimidos de Chile y de Bolivia somos hermanos de clase y podremos llegar a un arreglo amistoso y mutuamente beneficioso una vez que nos hayamos desembarazado de la oligarquía parasitaria y reaccionaria que todavía tiene el poder en ambos países. (http://luchadeclases.org.bo/nacional/politica/1072-la-clase-obrera-y-el-mar.html)

Cuando las autoridades y los medios no sancionan el racismo, o más bien lo validan, esto sólo exacerba aquellos actos discriminatorios. Es lo que hemos visto en los Estados Unidos con Trump. El problema del racismo con respecto a los inmigrantes, es una muestra de un antiguo problema de la identidad y la formación del Estado nación, es la cuestión con respecto a la historia mapuche, la represión, el empobrecimiento y discriminación que aún viven. Expresa también la cuestión irresuelta del respeto a los Derechos Humanos de todas las personas, en un país que ha visto la más brutal impunidad de los crímenes de la dictadura.

La derecha está envalentonada, aunque espera no cometer los mismos errores que en su gobierno pasado. Ha comenzado reduciendo los impuestos a las empresas, invocando la Ley Antiterrorista en la Araucanía, y el nuevo ministro de Educación ha dejado meridianamente claro que considera la educación como un “bien económico”. El movimiento estudiantil ha pasado por un impasse, pero no ha sido derrotado y es aún muy explosivo. Está por verse el efecto que tendrá la gratuidad parcial sobre el movimiento estudiantil. Por un lado pueden haber movilizaciones contra una reforma incompleta, y por otra desmovilizar a parte del estudiantado que ha sido beneficiado por la reforma, así como reaccionar ante la amenaza de la contrarreforma. La brecha entre las universidades estatales y privadas, entre Santiago y regiones, así como entre éstas y los institutos profesionales y centros de formación técnica, ha sido un problema que las direcciones estudiantiles del CONFECH y organizaciones de izquierda han arrastrado durante mucho tiempo, representando a los estudiantes más privilegiados de las universidades estatales. Esta brecha ha sido utilizada por los adversarios del movimiento estudiantil para dividirlo. En junio se verá la negociación colectiva del sindicato Nº1 de Minera Escondida, luego de que el año pasado protagonizaron una histórica huelga después de la cual mantuvieron todos sus beneficios. Sumado a que este año Chile no va al mundial – donde habitualmente los partidos de la selección chilena de fútbol ejercen un poder desmovilizador, nacionalista e idiotizante en la sociedad – este puede ser un año agitado de lucha de clases.

En esta situación se pondrá a prueba al Frente Amplio y las limitaciones de su programa. Solamente adoptando un programa decidido de ruptura con el capitalismo y de usar la tribuna parlamentaria de altavoz de la lucha en la calle, puede esta nueva formación echar raíces en la clase trabajadora.

Para vencer la división y el desgaste deben aliarse las fuerzas que juegan un rol clave en la economía. La unidad de los explotados y oprimidos es una antigua lección de la lucha de clases. La clase trabajadora es la fuerza que mueve la economía, son quienes producen el valor y extraen los recursos naturales. Solo bajo la gestión y el control democrático de la economía por sus propias organizaciones, los trabajadores podrán producir en beneficio de las necesidades de toda la sociedad. Cuestionando la propiedad privada y el capitalismo decadente es la única manera de ganar nuestras justas demandas por pensiones, aborto, educación gratuita así como contra la Ley de Pesca. Al contrario de los reformistas, Piñera sí entiende que sólo a través de la lucha de clases es posible generar alianzas reales y por supuesto, vencer. Si Piñera saca la “retroexcavadora” de las contrarreformas, la única oposición real puede estar en manos de los trabajadores y trabajadoras, en alianza con todos los sectores movilizados.

¡Renacionalizar el Cobre bajo Control Obrero!

¡No más Lucro en la Educación! ¡Educación Gratuita y Universal!

¡No más represión en el Wall Mapu!

¡Fin a la Ley de Pesca!

¡Aborto Legal, Seguro y Gratuito!

El “Frente Amplio” emerge en la primera vuelta de las presidenciales

Las elecciones en Chile del 19 de noviembre produjeron una serie de resultados significativos. El candidato de la derecha no sacó el resultado que esperaba, pero sobretodo presenciamos la irrupción en el panorama político nacional del Frente Amplio, cuya candidata logró un sorpresivo 20%. Con sus limitaciones políticas y de su propia composición, el Frente Amplio expresa los deseos de cambios radicales de un significativo sector de la sociedad que se ha movilizado en las calles en los últimos años.

El domingo 19 de noviembre Chile vivió una ocupada jornada de elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales. En números relativos la abstención que alcanzó el 53% sigue prevaleciendo como la primera mayoría (3 puntos más alto con respecto a la primera vuelta del 2013), y el comentario obligado fue sobre la participación de los jóvenes en estas elecciones. Desde hace ya varios años la irrupción de la juventud como actor político ha remecido las bases de los partidos políticos tradicionales.

La ex-Concertación, hoy “Nueva Mayoría”, ha intentado cooptar las demandas de los movimientos sociales a través de reformas, apoyándose en su pie izquierdo, el Partido Comunista que se incluye en la coalición de gobierno desde el 2014. Esto abrió un importante espacio a izquierda, que ocuparon primero la llamada “bancada estudiantil” que agrupa a jóvenes de distintos grupos políticos que presionaban en la tramitación de las leyes en el Congreso. Por un camino de alianzas y quiebres, más de 10 organizaciones forman actualmente el Frente Amplio, que fue consolidando una fuerza que “incidía” en el debate parlamentario, en la administración pública y a nivel local. Por su parte, la derecha ha venido galvanizando un núcleo reaccionario contra las reformas impulsadas por el gobierno y con una agenda represiva contra las movilizaciones y el pueblo Mapuche. El panorama presentado pone abiertamente en jaque las mínimas reformas y avances que se han logrado en torno a gratuidad en la educación, fin del sistema privatizado de pensiones, derechos reproductivos de la mujer, etc. Estas son demandas que los trabajadores, estudiantes y mujeres han venido desplegando por años, con movilizaciones masivas que han cambiado el paisaje del Chile post-dictatorial.

Las encuestas daban una votación de alrededor del 10% para Beatriz Sánchez, candidata del Frente Amplio y reconocida periodista política. Mientras al ex-presidente empresario Sebastián Piñera, principal candidato de la derecha, lo proyectaban sobre el 40%. Estas encuestas manejadas por sus propios grupos de interés daban aires triunfalistas a la derecha. La derecha muestra todavía una variante más ultra en la candidatura de José Antonio Kast, que explota una línea más dura, en sintonía con las derechas más rancias que aparecen en la escena internacional.

Por otro lado, las fricciones y distanciamientos en la Nueva Mayoría se impusieron hace varios meses desde la proclamación del candidato Alejandro Guillier, que desplazaba a una antigua figura de la Concertación y ex-presidente Ricardo Lagos Escobar. Guillier es un periodista, sociólogo, masón y senador independiente cercano al Partido Radical Social Demócrata. Se intentaba escapar de los perfiles de los políticos profesionales y el oficialismo, para acercar a un personaje del mundo social y gremial, ya que fue presidente del Colegio de Periodistas por un período. Representa la continuidad del programa de reformas de Bachelet y cuenta con el apoyo del Partido Comunista. El diálogo con la Democracia Cristiana, se vio dificultado por el grupo que impulsó la candidatura de Carolina Goic.

El candidato Sebastián Piñera, presidente durante el período pasado, posee un nutrido prontuario de delitos económicos y otros retorcidos medios de evadir impuestos y obtener ganancias al margen de la ley. Fue bajo su gobierno que se vivieron las históricas movilizaciones estudiantiles del 2011, que impactaron por la dureza de la represión y la arrogancia de sus funcionarios. Piñera afirmó que la educación es un “bien de consumo”, en abierto antagonismo con la histórica demanda de los estudiantes: Educación gratuita, de calidad y financiada por el Estado.

Finalmente los resultados dieron un 36,6% para Piñera, lejos de las perspectivas que daban las encuestas y con las que el empresario se vestía de seguro ganador; mientras el ultraderechista Kast sorprendió con un 7,9%. Si se avanza un programa con tintes reaccionarios, se desaguan votos hacia el más consecuentemente reaccionario, aunque también hay un elemento de “outsider” en la campaña de Kast. Sebastián Piñera alcanza la primera mayoría, pero queda por debajo de las expectativas de su comando y no pudo salir a celebrar como hubiera querido. El otro gran perdedor es la Democracia Cristiana, que tuvo su peor desempeño electoral en décadas. Aislada de varias figuras del conglomerado la candidata Carolina Goic obtiene un 5,9%. Al día siguiente de las elecciones manifiesta su apoyo a Alejandro Guillier y renuncia a la presidencia del partido. Otro candidato que queda malogrado es Marco Enríquez-Ominami, que de haber dado quebraderos de cabeza con su 20% en las presidenciales del 2009, ahora obtuvo un 5,7% y nadie habla de él.

Lo más novedoso ha sido el 20% alcanzado por la candidata del Frente Amplio. La votación recibida por Beatriz Sánchez comenzó a resaltar tempranamente en los titulares, al conocerse algunos resultados del voto de chilenos residentes en el exterior, que pudieron participar por primera vez a través de los consulados. A medida que se realizaba el conteo de votos a nivel nacional, Beatriz Sánchez por momentos disputaba palmo a palmo el segundo lugar con Alejandro Guillier, que obtuvo un 22,7% en total. Tuvo un apoyo sorprendente en las dos comunas más populosas de la capital; primera mayoría en Puente Alto, y quedó en segundo lugar en Maipú, a poco más de mil votos de superar a Piñera. El Frente Amplio se coloca así en una posición más favorable para negociar con el oficialismo, sobretodo por el incremento en su número de diputados. Además de la re-elección de Gabriel Boric (Movimiento Autonomista), Giorgio Jackson (Revolución Democrática) y Vlado Mirosevic (Partido Liberal), se suman a estos tres, otros 17 diputados y diputadas, y un senador. Algunos baluartes emblemáticos de la Concertación y de la oposición fueron desplazados en estas elecciones parlamentarias. La pregunta que queda planteada es hasta qué punto los votantes de Beatriz Sánchez acudirían a votar por Guillier en la segunda vuelta contra Piñera. Otra problemática es saber de qué manera la amplia gama de organizaciones en su seno se pondrán de acuerdo en este escenario.

La Nueva Mayoría salta ahora a decir que ellos encarnan la continuidad del proyecto de reformas que Chile quiere y necesita. Sacadas algunas cuentas, la presidencia de Bachelet puede aprovechar esta coyuntura para fortalecer su posición y el acento en las reformas graduales que algunos califican a “izquierda”. Estas reformas son producto de luchas levantadas mediante un arduo trabajo de organización y movilización por demandas democráticas que se encontró como respuesta la represión policial y el desprecio de autoridades de gobierno. La Concertación y otras direcciones auxiliares en el movimiento sindical y estudiantil han demorado durante años a las fuerzas sociales más progresivas del país, ya sea mediante el engaño, la represión o el desgaste. La presidenta Bachelet, ya publicado un resultado oficial de la jornada electoral, mediante cadena nacional intentó convocar la voluntad de cambios estructurales expresada en las urnas, hacia su gobierno y la candidatura de Alejandro Guillier.

Los resultados para la segunda vuelta son inciertos y probablemente se disputará la presidencia voto a voto. Lo que queda es el Frente Amplio que se consolida como una plataforma que expresa los deseos de cambios radicales en un significativo sector de la sociedad. Gabriel Boric, uno de sus líderes, ha tenido acercamientos con Pablo Iglesias de Podemos en el Estado Español. Como este y tantos otros fenómenos emergentes del reformismo de izquierda, expresan en el campo electoral la polarización que desde el comienzo de la crisis financiera del 2008 empieza a tomar forma en la conciencia de la juventud y la clase trabajadora, que sufre el embate del programa de austeridad. En Grecia, la coalición de izquierda Syriza, nacida luego de la bancarrota de los partidos tradicionales, provocó grandes ilusiones en las transformaciones que podía desarrollar. Pero el primer ministro Alexis Tsipras terminó cediendo y aplicando los ajustes que impuso la UE, desconociendo el mandato directo que le diera el pueblo griego en el referéndum. Los ajustes y recortes también han sido aplicados por los gobiernos de corte más progresista en la región sudamericana, y han significado la caída de su apoyo popular para abrir la puerta a la derecha. En momentos de crisis económica mundial como el actual no es posible aplicar las más modestas reformas en favor del pueblo y los trabajadores, sin romper de frente con el sistema capitalista.

Son los límites propios del reformismo, los que el Frente Amplio no logra superar ni en su discurso ni en su práctica. En su rol de dirección del movimiento estudiantil, los vimos desviar hacia la acción parlamentaria, buscando una vía de cambio institucional, mientras los sectores más combativos y decididos se desgastaban. En los primeros debates tuvieron dificultades para referirse a la cuestión de la revolución cubana, que expropió a los capitalistas para poder vencer, ni supo denunciar la oposición golpista en Venezuela que conspira contra el proceso revolucionario defendido por las masas venezolanas. La propia composición del Frente Amplio refleja ese eclecticismo, incluyendo a partidos que no se pueden de ninguna manera considerar como de izquierdas, como es el caso del Partido Liberal. Incluso desde un punto meramente numérico el PL aporta apenas un 5% de los votos del FA para diputados, pero sin embargo su presencia en la formación sí tiene un papel importante a la hora de determinar un programa político más moderado, sin un perfil claro de izquierdas. Una dirección así de conciliadora sólo anuncia futuras concesiones y vacilaciones en favor de los capitalistas. Una dirección propiamente revolucionaria debe desarrollar la confianza del movimiento en sus propias fuerzas. Una pequeñísima muestra de estas fuerzas, ha sido este fenómeno electoral que ha cargado la balanza más a izquierda para la segunda vuelta. La derecha ha sufrido un tropezón y efectivamente está preocupada, pero está lejos de estar derrotada. El capital especulativo y financiero ya muestra sus medios recurrentes del terror y la mentira; el IPSA, el indicador bursátil más importante de Chile, caía 5,9% luego de conocerse los resultados de las elecciones, el peor desempeño desde Agosto del 2011. Es necesario tomar clara conciencia de las reales dimensiones de la lucha de clases en Chile y en la región.

Hace años estamos presenciando el desfondamiento del llamado centro político producto de las nuevas condiciones objetivas que se presentan a nivel mundial. Aquellos que sigan hablando de moderación del programa para conectar con las mayorías terminarán de hundirse. Mientras tanto seguiremos viendo fenómenos reformistas que con algunas demandas radicales entusiasman tanto a una nueva generación, como a generaciones más experimentadas. Pero este camino también está signado por futuras desilusiones y derrotas, el Frente Amplio puede terminar siendo una nueva pata izquierda del gobierno, y ahora sí terminar de desviar y desmoralizar a los sectores que plantean cuestionamientos de fondo al sistema capitalista. Hay que dar la batalla en el Frente Amplio para construir una poderosa fuerza política que agrupe las experiencias recientes de luchas antiburocráticas en el movimiento sindical, del movimiento de mujeres, de la combatividad de la juventud trabajadora y estudiantil, de los inmigrantes, del sector público, de las huelgas en los sectores estratégicos de la economía, en fin, de la clase trabajadora que produce día a día. Deben avanzarse claramente las demandas por la nacionalización del cobre, del litio y otros recursos estratégicos, bajo control de los trabajadores, para financiar la educación gratuita, por derogar la corrupta Ley de Pesca, acabar con el sistema privatizado de pensiones, por aborto libre, seguro y gratuito. Hay que fortalecer la conciencia y la organización de la clase obrera. Esta es la única fuerza social que en su amplia diversidad se puede unificar para disputar hasta el final el poder a los empresarios que en Chile hacen negocios con la educación, la salud, las pensiones y los recursos naturales.

Chile: fin de la huelga del cobre y movilización masiva contra las AFPs

Después de 43 días de huelga en la mayor mina de cobre del mundo, Minera Escondida en Chile, los trabajadores han decidido la vuelta al trabajo con una prórroga del actual convenio, manteniendo así todas las condiciones y beneficios que la empresa quería destruir.

Con una actitud intransigente de la patronal, después de 43 días, ha terminado la importante huelga sostenida por el Sindicato Nº1 de Trabajadores de Minera Escondida. La empresa concentraba el contenido de su oferta entorno a los salarios y el bono de término de conflicto, pero continuaba en su intento de quitar beneficios (como prestaciones de salud) para trabajadores nuevos. Esta cuestión fue mayoritariamente rechazada por los mineros, quienes mostrando una unidad ejemplar y clara conciencia de clase declaran:

“Confirmando que el objetivo empresarial de esta negociación ha sido desde un comienzo precarizar las condiciones de los trabajadores, es que ante esta posición intransigente patronal y que se quiere introducir como un precedente nefasto -no sólo para los trabajadores de Escondida sino que para todos los trabajadores de Chile-, el directorio sindical le comunicó a la empresa que las conversaciones no tenían ninguna posibilidad de alcanzar un acuerdo, ya que nunca estará disponible a renunciar a conquistas históricas de los trabajadores, sea cual fuere el monto de los denominados bonos de término de negociación, poniendo el Sindicato fin a las conversaciones”.

El lunes 21 de marzo, mediante una decisión discutida y ratificada unánimemente en asambleas, han dispuesto el uso de una facultad legal del Código del Trabajo. Invocando el artículo 369, se prorroga la vigencia del contrato anterior durante 18 meses. De esta manera, contando desde el pasado 1 de febrero queda fechada una nueva negociación para el 1 de junio del 2018.

Con esta decisión, los trabajadores pierden el bono de fin de conflicto y el pago de los días de huelga, además que no habrá aumento salarial en estos 18 meses, pero a cambio mantienen todas las condiciones de trabajo y beneficios para los trabajadores actuales y los que se incorporen, además de que la nueva negociación colectiva en 18 meses iniciará teniendo como piso mínimo el 100% de las actuales condiciones.

El poderoso sindicato de la mina de cobre más importante del mundo, sienta una victoria parcial que constituye un significativo precedente para la lucha de clases en Chile y el sector minero internacional. Se produjo un monto histórico de pérdidas para la empresa BHP Billiton, de más de mil millones de dólares, como ya se advertía desde un comienzo. Los efectos de la reducción en la oferta han sido notorios, sumado a la huelga sostenida por los trabajadores de la mina de Cerro Verde en Perú, otro gigante productor del cobre, y problemas con otra gigante en Grasberg, debido a restricciones impuestas por el gobierno indonesio a las exportaciones (ambas en manos de la minera Freeport-McMoran), el conflicto produjo un momentáneo repunte del precio del cobre en el mercado minero.

Como señalábamos en una nota anterior, el rol central del cobre dentro de la economía chilena le otorga un carácter político que atraviesa varios puntos conflictivos del clima social del país. Cualquier reivindicación social de importancia se enfrenta a la pregunta de ¿de dónde van a salir los recursos? Y la respuesta es clara en la mente de todos: del cobre. La reivindicación histórica de la nacionalización del cobre se vincula de manera casi automática a la demanda de educación gratuita y un sistema público de pensiones.

En este sentido, las movilizaciones masivas de cientos de miles siguen haciendo noticia. El domingo 26 de marzo se realizó una jornada de movilización nacional contra el sistema privado de pensiones (AFP), convocada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores No Más AFP. Según los organizadores, 800.000 personas marcharon sólo en Santiago, y a lo largo del país se habrían manifestado en total unas 2.000.000 de personas en 71 marchas diferentes. Con anterioridad ya avisaban que sería “la marcha más grande la historia”, comparable sólo con las marchas contra el dictador en los años ochenta.

El sistema privado de pensiones implementado en dictadura y diseñado por el entonces ministro del Trabajo, José Piñera, hermano del ex-presidente empresario Sebastián Piñera (y nuevamente candidato presidencial), provoca el más amplio rechazo de la sociedad chilena. Las Administradoras de Fondos de Pensiones invierten el dinero que les “prestan” los trabajadores, para después privatizarse las ganancias, socializar las pérdidas, y otorgar pensiones de hambre. La pensión promedio por vejez es de 208.000 pesos chilenos que equivale a unos 320 dólares (el salario mínimo es de $264.000), existiendo a su vez una importante diferencia, al igual que en el mercado laboral, en el trato discriminatorio hacia las mujeres en este sistema.

Por otra parte, los oficiales de las Fuerzas Armadas, reciben pensiones sobre 1,5 millones de pesos (2.255 dólares) y los suboficiales sobre los $550.000 (827 dólares). Los uniformados fueron el único sector que se mantuvieron en el antiguo sistema fiscal de pensiones vigente hasta 1980. Además de que mediante la Ley del Cobre, modificada durante la dictadura, las Fuerzas Armadas reciben el 10% de las ventas de cobre para el armamento, y su contabilidad era secreta sólo hasta diciembre pasado. Es este el premio que recibe por parte del Estado la institución que a sangre y fuego allanó el camino para la transformación neoliberal del país, para que las AFP succionen la vida de los trabajadores y trabajadoras de Chile.

La propuesta elaborada desde No Más AFP concibe un sistema de pensiones de reparto solidario, tripartito y administrado por el Estado. Luis Mesina, dirigente sindical bancario y vocero de la Coordinadora No+AFP, anunció que exigirían la renuncia del Ministro de Hacienda, acusando su rol en defensa de las empresas. Las marchas que ya convocaban un masivo apoyo hace varios meses, dan un mensaje claro para acabar con el sistema privado de pensiones. Esta lucha es vista, justamente, como una lucha por terminar de una vez, no solo con el injusto sistema de pensiones privatizado, sino también con los restos de la dictadura de Pinochet. Como  los mismos capitalistas han reconocido, son los pilares mismos del modelo de acumulación capitalista, heredado con la constitución del 80, los que están puestos en cuestión.

El año ha comenzado con los mediatizados anuncios de candidaturas presidenciales, para las elecciones que se efectuarán a fin de año. Los trabajadores de Minera Escondida han dado un ejemplo de unidad y lucha. El pueblo habló fuerte y claro este domingo pasado en la marcha contra las AFP. Por otra parte, la CONFECH (Confederación de Estudiantes de Chile), que adhirió a la convocatoria pasada, ya anunció la primera marcha del movimiento estudiantil este año, para el próximo 11 de abril. Junto con movimientos como Ni Una Menos y No Más AFP, han impulsado la Coordinadora de Movimientos Sociales con el objetivo de “enfrentar unidos e incidir en el año electoral”.

Definitivamente Chile vive, desde hace ya algunos años, en un clima de convulsión social y descontento, que está empezando a cuestionar todo el edificio de la democracia burguesa limitada que sucedió al régimen de Pinochet y las enormes disparidades sociales y económicas sobre las que se asienta.

Chile: ¡continúa la huelga indefinida en la mina de cobre más grande del mundo!

Hace 46 años durante el gobierno de Salvador Allende, se votó de forma unánime en Congreso la nacionalización del cobre chileno. Durante la asesina dictadura pinochetista, se abrió el camino a la inversión extranjera, que en la actualidad se lleva más de las dos terceras partes del beneficio que produce la explotación de este recurso y quienes lo trabajan. Aún así lo que queda para el país constituye el 13% del PIB, y se le ha llamado “el sueldo de Chile”. Mientras la empresa estatal CODELCO es la mayor productora de cobre de mina del mundo, la mina a tajo abierto con la mayor producción cuprífera del mundo es Minera Escondida, controlada por BHP Billiton.

2.500 trabajadores del sindicato Nº1 de esta empresa se encuentran en huelga indefinida desde el 7 de febrero, hace más de un mes. Se movilizan ante la ofensiva de la transnacional anglo-australiana, que quiere quitarles beneficios acordados previamente, disminuir sus salarios en un 14% y recortar sus tiempos de descanso dentro y fuera del horario laboral. Todo esto para generar más utilidades, según denuncia Carlos Allendes, vocero del sindicato. Los trabajadores, demandan un aumento de sus salarios en un 7%, así como un bono por término de conflicto de 25 millones de pesos chilenos, igualdad de beneficios entre trabajadores nuevos y antiguos, y por supuesto, como mínimo para iniciar negociaciones, mantener el piso alcanzado en acuerdos previos. La huelga fue votada con un respaldo de 99% y ya supera a la histórica huelga del 2006. Los mineros se encuentran acampando en el desierto, a más de 3000 mts. de altura, haciendo turnos “7×7” para mantener una huelga que amenazan podrían extender al menos hasta 60 días. El haber pasado un mes de huelga es un hito importante, pues a partir de este momento la empresa está facultada por ley a ofrecer contratos individuales a los trabajadores, como táctica para romper la huelga. Sin embargo la moral y la unidad de los trabajadores continúa alta.

La importancia económica es evidente, al ser una mina que produce 1.200.000 de toneladas anuales. Dos meses de paro supondrían pérdidas para la empresa de unos mil millones de dólares. Pero a su vez, esta huelga marca la pauta para futuras movilizaciones por las negociaciones colectivas dentro del mismo sector que se vienen este año. Todo esto en un clima de despidos masivos en el área, que desde hace años acusa el efecto de la desaceleración económica china (principal comprador), así como el perjuicio con respecto a la fijación arbitraria del precio del concentrado de cobre en la Bolsa de metales, y la insuficiente capacidad para fundir y obtener cobre refinado en Chile, de mayor valor (rol productor sobre el cual China ha venido escalando posiciones en la última década en base al consumo del concentrado chileno). A pesar de estos factores, la  coyuntura immediata ha mostrado una estabilización del precio del cobre, a causa del triunfo de Trump y un aumento de consumo por parte de China.

Los más afectados ante este panorama de crisis en el sector son los trabajadores contratistas, más vulnerables a los despidos, expuestos por el código laboral antiobrero chileno heredado de la dictadura. En este sentido, la huelga de Escondida es una cabeza de puente clave ante la pronta puesta en marcha, este 1ro de abril, de la Reforma Laboral cocinada en el senado por la derecha y la Nueva Mayoría en el gobierno (coalición que agrupa desde la Democracia Cristiana, pasando por el Partido Socialista, hasta el Partido Comunista). Entre otras cosas, el nuevo Código Laboral permite que si los trabajadores contratistas se van a huelga, la mandante puede contratar otra empresa para realizar los servicios, haciendo inefectiva la medida de paralización tomada por los trabajadores y legalizando el esquirolaje. Y es este un punto crítico a tener en cuenta en la presente movilización en Minera Escondida. La empresa ya ha intentado hacer ingresar grupos de contratistas como rompe-huelgas, y acusa que los mineros les impidieron el paso. Esta es una brecha que la patronal intenta utilizar para enfrentar a los trabajadores de planta y contratistas.

La empresa ha presentado diversos obstáculos para desviar la atención durante las mediaciones. Ha habido rumores de conversaciones inexistentes entre la Dirección del Trabajo y el sindicato augurando una pronta resolución del conflicto, desprestigian a los trabajadores ante el país, hacen pronósticos alarmistas sobre el impacto en la economía. Mientras, la ministra de Minería, Aurora Williams, se encuentra en Toronto en la feria de exploración minera PDAC 2017, la más grande del mundo en su tipo,  “vendiendo” la tasa de explotación en Chile bajo la marca de un país que “posee una institucionalidad legal que entrega certeza y estabilidad para los inversionistas privados y extranjeros… una Reforma tributaria responsable para financiar mejor educación, perfeccionamiento de relaciones laborales”.

Pero el cobre tiene un significado más profundo en Chile. Ha sido y es un nudo clave que se ha visto en los conflictos y movilizaciones en los últimos años. Desde la lucha de los estudiantes el 2011 por la Educación Gratuita, hasta la más reciente movilización NO+AFP, para acabar con el sistema privado de pensiones (también heredado de la dictadura). “El cobre es nuestro”, dicen los mineros que se enfrentan a las transnacionales. “El cobre para financiar la Educación” se escuchaba en masivas movilizaciones en solidaridad de trabajadores y estudiantes. La escandalosa realidad es que “el sueldo de Chile” se utiliza para financiar las Fuerzas Armadas y Carabineros, quienes se retiran con pensiones mucho mayores que las miserables pensiones de quienes cotizan en AFP (sin mencionar la corrupción en las FF.AA, como el “Pacogate”). Ellos, los mismos que reprimen a los que luchan. Quienes sin ir más lejos, el 2015 balearon al minero contratista Nelson Quichillao durante la toma de la mina El Salvador. Que asesinaron al estudiante Manuel Gutierrez el 2011. Que persiguen, encarcelan, torturan y asesinan al pueblo mapuche. La lista es demasiado larga. Es el Estado capitalista que dispone de su brazo armado para ahogar las justas demandas que el pueblo y la clase trabajadora pone por delante.

Por todos estos motivos, la huelga de los mineros del cobre no puede verse como un conflicto laboral puntual, sino como una lucha crucial para toda la clase obrera y la juventud chilena. Deben unificarse las luchas en torno a este tipo de demandas históricas de la clase obrera, que emergió combativamente hace más de 100 años del norte salitrero. Los mineros de Escondida deben ser arropados por sus hermanos y hermanas de clase en todo el país. La juventud y los trabajadores deben movilizarse a nivel nacional para exigir a Minera Escondida el cumplimiento de las justas demandas de los mineros. Además, debe ponerse sobre la mesa la exigencia de la renacionalización del cobre bajo control obrero y sin indemnización para las grandes multinacionales.

Por el cumplimiento de todas las demandas del sindicato Nº1 de Escondida.

Renacionalizar el cobre bajo control de los trabajadores.

El cobre para financiar la Educación Gratuita.